Antes
de morir, Franz Kafka hizo prometer a su gran amigo Max Brod que quemaría toda
su obra, no quería dejar rastro de su existencia. Por fortuna, su amigo Max no
sólo no quemó una sola página además puso todo su empeño y los medios a su
alcance para publicarlo todo. Y el resultado de aquella promesa incumplida fue
que la obra de uno de los escritores más admirados e influyentes de la historia
viera la luz y con ella también vimos la luz muchos que hoy nos batimos con las
páginas en blanco noche tras noche empezando por quién os escribe, que como sabéis
siempre me he confesado orgulloso fan de este gran escritor. Aquel chico joven,
pálido, enfermizo sin ninguna autoestima y extremadamente tímido fue la inspiración
de grandes escritores como Borges y García Márquez o filósofos de la talla de
Jean Paul Sartre o Albert Camus.
Nacido
en Praga (República Checa) en el seno de una familia judía acomodada, hijo de
Hermann Kafka y Julie. Elli, Otla y Valli eran sus hermanas pequeñas fallecidas
años más tarde de la muerte de Franz en campos de exterminios durante el
holocausto. Se crío en un ambiente familiar asfixiante debido a la actitud dominante de su padre, es
en “Cartas al padre” el texto donde Franz se desahoga y narra esta relación difícil que marca su carácter
de forma severa. terminado este texto se lo entrega a su madre para que sea
ella quién se lo dé a conocer a su esposo, pero ella lejos de hacérselo llegar,
lo lee y le reprocha a Franz que escriba algo así sobre su padre, tan bueno y
trabajador, según ella.
Vivió
la mayor parte de su vida con su familia excepto las etapas que ingresaba en
sanatorios debido a su delicada salud, pero también estuvo prometido en un par
de ocasiones, de uno de esos compromisos, con Felice Bauer sale “Cartas a
Felice”
Fue
un hombre atormentado que trabajó toda su vida en una deprimente oficina de seguros,
un trabajo gris para una alma gris. Estudió derecho obligado por su padre y
murió joven, con solo 40 años debido a una tuberculosis, posiblemente causada
por beber leche cruda. Y es que Franz Kafka también era vegetariano, lo decidió
durante una visita a un acuario, en la que tras observar a los peces dejó de
comer animales.
Dejó
una obra cumbre, “La Metamorfosis” pero también “El Proceso” “El Castillo” o “Bodas
de Campo” entre otras muchas forman una bibliografía única de uno de los escritores
más influyentes de todos los tiempos. Se usa el término “Kafkiano” para describir
situaciones absurdas y extrañas y creó a personajes como K o el inolvidable
Gregor Samsa, aquel hombre que un buen día tras un sueño intranquilo se levantó
convertido en insecto y al que todos repudian mientras su mayor preocupación es
no llegar tarde al trabajo.
Muchísimas gracias por dejarnos este magnífico repaso por una biografía tan interesante como la de Kafka.
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