EL MARQUÉS DE SADE

 

De nombre Donatien Alphonse Fraçois y conocido como El marqués de Sade nace en 1740, una época marcada por la  ilustración y el despotismo ilustrado y en esta atmosfera nace este hombre que entre otras muchas aportaciones añade la palabra sadismo a los diccionarios de todo el mundo. Y es que hablamos del sádico primigenio.

Su educación fue conferida a su tío, el abad de Sade, un erudito libertino que marcó toda la vida de nuestro joven protagonista de hoy y que lo introdujo en la sexualidad plena haciéndolo participar en las enormes orgias celebradas en la abadía. Su condición nobiliaria le abrió las puertas de la escuela de caballería y en 1755 consiguió el grado de alférez del regimiento real y cuatro años más tarde el grado de capitán del regimiento de Borgoña y participó en la guerra de los 7 años.

Acababa la guerra, Sade se instala en su castillo tras licenciarse. Estaba enamorado de Adeline pero por intereses se casa con Renée-Pelagie Cordier, hija de un magistrado, se casan y se trasladan a un castillo propiedad de la familia de ella y poco después de su boda Sade viaja a Paris donde lo detienen por primera vez sin informarle de qué.



Contrató a la vagabunda Rose Keller para ocuparse de las faenas del castillo pero la intención real era bien distinta, las pretensiones del marqués no eran otras que practicar toda clase de tropelías sexuales con la chica, ella logra escapar, lo denuncian y lo arrestan pero es liberado por orden real.

En 1771 visita la cárcel por deudas y posteriormente se retira a su palacio pudiendo estrenar una comedia por aquellos días a pesar de sus problemas económicos. En Marsella lo vuelven a acusar, en una de sus innumerables orgias dio unos afrodisiacos a las prostitutas y una de ellas cayó gravemente enferma. Condenado a muerte por contumacia, huyó a Genova y allí el rey de Cerdeña lo encarceló en una fortaleza de la que nuestro protagonista logró escapar para llevar una vida errante por Italia y Francia, perseguido y acusado de delitos de raptos y violaciones.

En 1777 es juzgado en Aix, pasa por Vincennes, permanece recluido más de 10 años en La Bastilla y acaba en Charenton en un asilo para locos. En 1790 al fin la asamblea constituyente le devuelve la libertad e intenta pasar desapercibido, no le gustan los modos revolucionarios de los jacobinos pero tampoco le simpatizan los detractores de Robespierre, odia tanta violencia y vandalismo. En 1801 vuelve a ser arrestado bajo el régimen napoleónico por otro escándalo y en 1803 vuelve al manicomio-prisión de Charenton tras escribir “Justine” y es allí donde muere en 1814. “Los infortunios de la virtud” o “Los 120 días de Sodoma” son sus obras más notables.


MICHEL FOUCAULT (LA BIOPOLÍTICA)


En las décadas de los 60 y 70 filósofos e intelectuales discutían con esmero sobre el poder, sus formas y de cómo fluye sobre la ciudadanía, y en este caldo de cultivo tenemos a Michel Foucault (1926-1984) Foucault era hijo y nieto de médicos, así que nació con un destino muy marcado, pero el joven Michel atraído siempre por los que vivían en las sombras, por los desposeídos, por aquellos oprimidos por el poder, decidió cambiar su destino.

Vamos a poner un ejemplo. Pongamos que llegas a casa de trabajar, mientras almuerzas ves el noticiero y hay desahucios, policías apaleando a manifestantes que luchan por sus derechos, guerras, pobreza energética, refugiados, emigrantes en patera… y para colmo en los anuncios ves a críos famélicos en el tercer mundo mientras una voz en off te pide ayuda económica. Y tú muy lejos de enfadarte, salir a la calle y alicatar trincheras y prender fuego a todo símbolo de poder pues te acuestas la siesta sin que nada de lo que has visto interfiera el bienestar de tu conciencia. ¿eres una mala persona? Pues claro que no, Foucault te diría que ese comportamiento es por culpa de la normalización, el poder no nos oprime, normaliza conductas y normaliza la desigualdad y por lo tanto la asumimos sin alterarnos.

Para entender la biopolítica debemos saber que el prefijo bio proviene  de biología, ya que sostiene Foucault que el poder no solo actúa sobre los cuerpos sociales también lo hace sobre nuestros cuerpos biológicos. Pone su línea de investigación en manicomios, cárceles, asilos y colegios. Foucault siembra el concepto “la sociedad disciplinaria”


Puso la línea de tiempo entre el antiguo y el nuevo régimen, en el antiguo régimen los hombres eran gobernados por un poder ejercido por un absoluto, un rey que gobernaba la vida de todos a placer y capricho personal y en la misma línea podríamos entender a dictadores y caudillos que centralizan el poder en su persona, por lo cual el poder está localizable. En estas monarquías sostiene Foucault se deja vivir y se hace morir, es decir, la gente vive sin más y cuando el soberano decide que dejó de ser súbdito para ser criminal se le hace morir. Tras el nuevo régimen, centrando la atención en el capitalismo industrial ocurre lo contrario, y esta idea de Foucault es muy interesante porque hoy se nos hace vivir y se nos deja morir, o lo que es lo mismo, se nos hace vivir para producir y ser rentables a una maquinaria económica y cuando termina nuestra vida útil se nos deja morir. Se invirtió la ecuación.

El poder ya no es centralizado en un rey, dictador o caudillo de turno, ahora el poder es algo liquido que fluye; gobernantes, líderes políticos, la bolsa, la banca, las multinacionales, el clero… no podemos localizarlo, se difumina en densas redes, no existe una derecha ni una izquierda tal como la conocíamos al menos, existe el poder y la población, vivimos en una sociedad en la que el poder no impone sus intereses a la fuerza, los suelta, los normaliza y los propios gobernados se encargan de que todo funcione en contra de sus propios intereses. Necesitando que algunas cosas sean anormales par así subrayar lo normal.

Vivimos en una sociedad disciplinaria, toda forma de gobierno es una prisión y al no localizar el poder no hay revoluciones. Desde luego Michel Foucault da para mucho, solo hemos hecho una introducción y hablaremos más de él y su pensamiento, a buen seguro lo haremos. Como diría el buen Michel Foucault, “El poder no se tiene, se ejerce”   

 


 

DEMOCRÁCIA GRIEGA

 


La antigua Grecia es tal vez la civilización más avanzada de la historia de la humanidad, teniendo en cuenta, claro está, los conceptos y las peculiaridades de cada tiempo. En la ciudad de Mileto (actual Turquía) nacía la filosofía con un tal Tales, un tipo al que se le daban muy bien las mates, medía pirámides en Egipto con un palo y haciendo cuentas lograba saber cuándo habría eclipses, pues en aquella Grecia donde nace la filosofía y las olimpiadas también crearon la democracia.

¿En qué se parece aquella democracia a las de los pueblos actuales? Pues mucho me temo que en nada. ¡Veámoslo! Tal vez lo más significativo es que los griegos no utilizaban el sufragio universal, no, no votaban a sus gobernantes ¿pensabas que la democracia se basa en el voto? Pues los griegos no lo veían así, Platón decía que si le das el voto a alguien le estás dando poder sobre ti. Es decir, los que inventaron la democracia ni tan siquiera se plantearon ese derecho por el cual se han organizado verdaderas revoluciones. Los griegos, que dicho sea de paso eran unos puñeteros genios echaban a suerte cada cargo entre quienes se presentaban, se lo que estás pensando, y si, es como en una comunidad de propietarios, como la escalera de tu casa que te toca cuando te toca y lo hacían con unas maquinas la mar de curiosas, que bien se merecen una entrada. Por supuesto para presentarse a un cargo se debía ser un ciudadano ejemplar y la corrupción se pagaba muy cara, desde la expropiación de todos los bienes y 10 años de exilio hasta la muerte, ¡tonterías las justas!

La Isonomía era su herramienta para asegurarse de que cada ciudadano era igual ante la ley y ante los demás y otra cosa que nuestros estados no tienen, y es que ellos no tenían gobernantes, tenían cargos políticos, y esta forma de llamarlos cambia mucho su papel y es que hoy tenemos gobernantes, es decir personas que gobiernan la vida de todos los ciudadanos, tenemos una base de la pirámide que son los trabajadores y jornaleros y vamos subiendo a empresarios, cuerpos de seguridad, aristocracia… y en la cima está quién gobierna. Ahora imaginemos por un momento que le damos la vuelta a la pirámide y esos gobernantes están solos en la pequeña base, de ahí cogemos el término “cargo político” porque carga en sus espaldas toda la presión y responsabilidad de la sociedad.



Obviamente en la antigua Grecia no había partidos políticos, cada ciudadano se representaba así mismo, claro que eran ciudades estado y cada ciudad tenía sus propias leyes y su propia forma de vida. El parlamento estaba abierto a cada ciudadano sin tener en cuenta su influencia social ni su riqueza, hasta el más pobre podía opinar y de hecho lo hacía. Veían la política como una herramienta para poder llegar a acuerdos, en nuestros estados es más una herramienta para luchar por el poder y la dominación.

¿Todos los ciudadanos eran iguales? Los griegos sí, no ocurría lo mismo con los metecos, que era el nombre que recibían los extranjeros llegados a Atenas que se dedicaban al comercio y prosperaban y tenían buena vida pero no podían participar en la vida política, ni los esclavos, estos últimos hacían todo el trabajo. Los griegos no sentían ningún aprecio al trabajo manual, preferían el intelectual y la contemplación ¿os imagináis que hoy en día viviéramos en ciudades estado y todos participáramos en la vida política de forma individual? ¿y que el trabajo manual no lo hicieran personas, lo hicieran las maquinas? A buen seguro también pensareis que si el dinero que se pagaba en política era muy poco, la responsabilidad mucha y las consecuencias si haces algo indebido muy graves ¿por qué la gente entraba en política? Pues porque eran conscientes de que la democracia no funciona de otra forma que no sea implicándose todos, de hecho, su etimología viene a ser Demos (Pueblo) Kratos (gobierno) es decir, el gobierno del pueblo y esto duró 200 años. En los estados modernos votamos a un partido que dice representarnos, y ahora bien ¿sigues pensando que vives en una democracia?

 


BREVE HISTORIA DE LA GUITARRA

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