MICHEL FOUCAULT (LA BIOPOLÍTICA)


En las décadas de los 60 y 70 filósofos e intelectuales discutían con esmero sobre el poder, sus formas y de cómo fluye sobre la ciudadanía, y en este caldo de cultivo tenemos a Michel Foucault (1926-1984) Foucault era hijo y nieto de médicos, así que nació con un destino muy marcado, pero el joven Michel atraído siempre por los que vivían en las sombras, por los desposeídos, por aquellos oprimidos por el poder, decidió cambiar su destino.

Vamos a poner un ejemplo. Pongamos que llegas a casa de trabajar, mientras almuerzas ves el noticiero y hay desahucios, policías apaleando a manifestantes que luchan por sus derechos, guerras, pobreza energética, refugiados, emigrantes en patera… y para colmo en los anuncios ves a críos famélicos en el tercer mundo mientras una voz en off te pide ayuda económica. Y tú muy lejos de enfadarte, salir a la calle y alicatar trincheras y prender fuego a todo símbolo de poder pues te acuestas la siesta sin que nada de lo que has visto interfiera el bienestar de tu conciencia. ¿eres una mala persona? Pues claro que no, Foucault te diría que ese comportamiento es por culpa de la normalización, el poder no nos oprime, normaliza conductas y normaliza la desigualdad y por lo tanto la asumimos sin alterarnos.

Para entender la biopolítica debemos saber que el prefijo bio proviene  de biología, ya que sostiene Foucault que el poder no solo actúa sobre los cuerpos sociales también lo hace sobre nuestros cuerpos biológicos. Pone su línea de investigación en manicomios, cárceles, asilos y colegios. Foucault siembra el concepto “la sociedad disciplinaria”


Puso la línea de tiempo entre el antiguo y el nuevo régimen, en el antiguo régimen los hombres eran gobernados por un poder ejercido por un absoluto, un rey que gobernaba la vida de todos a placer y capricho personal y en la misma línea podríamos entender a dictadores y caudillos que centralizan el poder en su persona, por lo cual el poder está localizable. En estas monarquías sostiene Foucault se deja vivir y se hace morir, es decir, la gente vive sin más y cuando el soberano decide que dejó de ser súbdito para ser criminal se le hace morir. Tras el nuevo régimen, centrando la atención en el capitalismo industrial ocurre lo contrario, y esta idea de Foucault es muy interesante porque hoy se nos hace vivir y se nos deja morir, o lo que es lo mismo, se nos hace vivir para producir y ser rentables a una maquinaria económica y cuando termina nuestra vida útil se nos deja morir. Se invirtió la ecuación.

El poder ya no es centralizado en un rey, dictador o caudillo de turno, ahora el poder es algo liquido que fluye; gobernantes, líderes políticos, la bolsa, la banca, las multinacionales, el clero… no podemos localizarlo, se difumina en densas redes, no existe una derecha ni una izquierda tal como la conocíamos al menos, existe el poder y la población, vivimos en una sociedad en la que el poder no impone sus intereses a la fuerza, los suelta, los normaliza y los propios gobernados se encargan de que todo funcione en contra de sus propios intereses. Necesitando que algunas cosas sean anormales par así subrayar lo normal.

Vivimos en una sociedad disciplinaria, toda forma de gobierno es una prisión y al no localizar el poder no hay revoluciones. Desde luego Michel Foucault da para mucho, solo hemos hecho una introducción y hablaremos más de él y su pensamiento, a buen seguro lo haremos. Como diría el buen Michel Foucault, “El poder no se tiene, se ejerce”   

 


 

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