A
pesar de la aventura amorosa sus abuelos paternos le proporcionaron una buena educación,
liberal y republicana. Y es ya de adulta, por 1856, cuando se marcha a París y
fundó varias escuelas libres, ya que no podía trabajar en la educación pública
por negarse a jurar lealtad como funcionaria a Napoleón III. Por esta época comienza
a colaborar con distintas revistas en la capital.
Tras
la derrota de Napoleón III Michel colabora en la defensa de la comuna de París,
allí lidera una milicia de mujeres guerrilleras, sí, porqué en la comuna que
defendía la libertad las mujeres estaban abocadas a un segundo lugar, no
luchaban, solo cocinaban. Pero la milicia de Michel destacó por su fiereza
contra los reaccionarios.
Pero
Louise Michel se entregó a las autoridades de forma voluntaria para que su
madre fuera liberada.
10
años de destierro en la isla de Nueva Caledonia, donde creó una escuela para
los niños nativos Canacos y los hijos de deportados franceses y además ayudó a
la lucha por la independencia de la región. Pero no fue hasta 1883 que portó
una bandera negra, la cual se convirtió en emblema del anarquismo por su impulso.
Y es que Louise Michel sufrió atentados, violencia y se acabó exiliando en
Londres aunque años más tarde pudo volver a Francia.
Murió
en Marsella en 1905 a los 74 años de edad después de toda una vida defendiendo
las causas obreras y a los oprimidos, a la docencia y por ende a la libertad de
los seres humanos. No solo fue una revolucionaria, tal vez sea la “Revolucionaria”
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