Finalizada
la segunda guerra mundial los EEUU se
convierte en la potencia hegemonica del mundo, la primera potencia, y es constante
la lucha entablada contra la Unión Sovietica, a otro lado del muro. Con la
guerra fría ya comenzada EEUU no tiene rival en occidente, la guerra ha dejado
fracturas irreparables en Francia y Reino Unido.
En
1948, en la ciudad de New York vive una generación de escritores que comienzan
a escribir su página en la historia de la literatura universal. New York se
convierte en la cuna de la bohemia norteamericana y mientras la mayoría de los
ciudadanos están demasiado ocupados trabajando duro y comprando chalet
unifamiliares con jardín trasero, coches nuevos y electrodomésticos de última
generación estos jóvenes, pasando de todo esto se hacen llamar Beat, término
que proviene de Beat Down (abatido) defienden el amor libre, el consumo de
drogas, la filosofía oriental y escuchan música jazz.
Pronto
la prensa los toma como el centro del mal, chicos antipatriotas, comunistas que
atacan los valores norteamericanos. Agarrando la palabra beat y la palabra
Sputnik (el satélite soviético) crean la palabra Beatnik, la que comienzan a
utilizar de forma peyorativa.
Pero
no tardan mucho en ser una moda entre los jóvenes y la figura del Beatnik con
jersey de a rayas y boina se perpetúa, a lo que muchos de estos escritores
comienzan a renegar del propio movimiento que nació para ser contracultural.
Han
tenido una gran influecia en la cultura popular, sobretodo en la música; Tom
Waits, Patti Smith o Bob Dylan han sido fuertemente influenciados por estos jóvenes.
Incluso a Lennon se le ocurrió poner la palabra Beat en Beatles, cuando
escarabajos se escribe Beetle. Y como no, el movimiento hippie, descendiente
directo de los Beats.
Sus
obras de cabecera son El Aullido de Alec Ginsberg, El Almuerzo Desnudo de
William Burroughs y En El Camino de Jack Kerouak pero fueron muchos más…
Cassady, Clellon, Holmes, Solomon,
Orlovsky, Ferlinghetti y escritoras como Diane Di Prima, Elise Cowen,
Marge Percy, Weiss o Candel. Pero ellas, perseguidas, suicidas y encerradas en
manicomios merecen una entrada propia.
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